I. Ficha técnica
Título: Papilla estelar
Autor: María de los Remedios Varo y Uranga (1908-1963).
Fecha: 1958
Medidas: 92 x 62 cm.
Categoría: Pintura.
Técnica: Óleo sobre masonite.
Ubicación actual: Museo Soumaya (Plaza Carso), Distrito Federal, México.
II. Análisis Pre-iconográfico
En sus líneas estructurales están bien delimitados los elementos constructivos de la torre (Ver Figura 1) con sus aristas, muros interiores, techumbre y escalinata, se trata principalmente de líneas verticales; las líneas radiales que parten del centro de la habitación —justo donde se encuentra el personaje— enfatizan la importancia de la acción. Respecto a éste tipo de líneas en la obra de Remedios Varo, Rudolph Arnheim dice:
“Sus principales líneas estructurales son un sistema de rayos que emanan de un foco situado dentro del espacio pictórico y que al abalanzarse hacia adelante y atravesar el plano central, niegan la existencia de éste.” (Arnheim, 1999: 296)
Efectivamente, en “Papilla estelar” podemos ver un conjunto de líneas radiales que sirven de foco de atención, sin embargo, este efecto no anula el conjunto de la composición.
Existen otras líneas dinámicas que se configuran en el personaje a partir de los segmentos óseos y su articulación: las suaves inclinaciones hacia lo vertical (tibia-peroné y columna vertebral) y horizontal (fémur), enfatizan la idea de acción.
Las nubes del entorno exterior en el que se encuentra la torre crean líneas expresivas de formas muy libres e irregulares, otros elementos expresivos los encontramos en los pliegues de la ropa del personaje así como en el mantel que cubre la mesa.
Existen áreas absolutas que determinan claramente el espacio, tal es el caso de la torre con sus aristas, su escalinata y el interior circular de la habitación, pero también es posible ver áreas relativas de actitud en las nubes ya que solo nos la idea de un entorno carente de elementos cercanos.
La autora consigue una volumetría gracias al manejo de la perspectiva en el cuerpo arquitectónico de la torre y en menor medida, con el uso de la sombra;en la representación de la base de la torre, con su efecto de profundidad, nos introduce a un espacio casi tridimensional en la obra.
Su manejo de la luz se centra en la luna como único elemento de valor medio dentro de la composición. Las sombras que genera éste elemento son perceptibles en las patas tanto de la mesa como del banco, en la sombra vertical que proyecta la propia jaula y el mantel que está colocado sobre la mesa, también es interesante hacer notar el juego libre de luz y sombra que incide en las paredes interiores de la habitación y que, sin embargo, no responden necesariamente al punto focal de luz, es decir, el que proviene de la luna.
Dado el carácter nocturno de la escena, en toda la composición predomina, en cuanto al color, una armonía complementaria y una temperatura media a fría con el uso del color verde oscuro, el amarillo ocre, un azul muy claro, el gris, así como puntos de luz proporcionados por el blanco. Dice al respecto Carmen Vidaurre Arenas:
“(…) en la gran mayoría de sus obras, emplea, (…) una paleta cuya tradición habían manejado los maestros antiguos de finales de la Edad Media y del Gótico, rica en ocres, dorados, marrones que parecen estar cubiertos por un espeso barniz y la pátina del tiempo, lo cual contrasta con los efectos de claridad que la niebla y los tonos elegidos para el personaje agregan a la obra.” (Vidaurre, 2003)
Las nubes realizan un juego de profundidad haciendo uso de un cromatismo con el color verde secundario que van del más oscuro al claro. Resaltando del fondo, aparece la torre bien definida por su color amarillo ocre, también color secundario. Un azul muy claro —casi blanco— del interior de la habitación es apoyado por la intensidad lumínica de la luna en blanco y su resplandor ligeramente azulado. A pesar de que la habitación tiene un espacio abierto al exterior, la luz interior no sobrepasa los límites imaginarios de los muros que no aparecen representados.
El personaje femenino viste con un color café oscuro monocromático que contrasta con el pelo, la mesa, el banco y el mantel que son de un color amarillo ocre, aunque con ligeras variantes cromáticas.
El manejo de la textura aparente nos insinúa por un lado, la rigidez y peso de la torre, y por otro, suavidad en las paredes internas de la habitación. Por otro lado, las nubes con sus texturas diáfanas nos remiten a su condición natural de condensación líquida.
El personaje, el banco y la mesa, que se encuentran al interior de la habitación, se corresponden desde el punto de vista de la proporción; en particular, el personaje presenta buena proporción logrando cierto realismo y naturalidad.
Su equilibrio nos remite a cierta estabilidad. Aquí, Remedios Varo nos muestra parcialmente un eje de simetría conformado en el nivel superior por el tubo que conduce las estrellas al interior de la habitación, por las patas de la mesa en el nivel medio y, finalmente, el centro de confluencia de las líneas radiales del suelo en la parte inferior de la composición.
La regularidad en el ritmo se puede notar en las aristas de los muros de la torre, tanto en el interior como en el exterior, en las patas de la mesa y el banco; un ritmo progresivo logrado por la longitud de los escalones. Además, por la colocación de los elementos, la luna, el torso del personaje y su brazo forman un ritmo circular. (Ver Figura 2)
Finalmente podemos decir que es clara la relación figura-fondo entre las nubes del entorno y la torre; un cerramiento que se presenta en el tubo que absorbe y tritura las estrellas, la pata de la mesa y el centro radial del suelo; una pregnancia del personaje por su centralidad de su ubicación espacial, incidencia de la luz así como color en un entorno gris, al respecto dice Magnolia Rivera: “Remedios Varo crea intencionalmente un círculo arquitectónico que en el nivel perceptivo, envuelve al espectador en sus pinturas”(Rivera, 2005: 41), es esa pregnancia circular la que atrae la atención hacia el personaje central.
III. Análisis iconográfico
Al hacer una revisión de los elementos iconográficos en la obra “Papilla estelar” podemos advertir la presencia de elementos de existencia real y otros elementos que están ahí como abstracción, así lo demuestra la siguiente lista:
- Nubes
- Estrellas
- Torre
- Escalera
- Mesa
- Banco
- Mantel
- Molino
- Jaula
- Luna
- Plato
- Cuchara
- Personaje femenino
El cielo nocturno de la obra, con su entorno nuboso y oscuro, nos remite a ese sentido de trascendencia, en un espacio de posibilidad. No observamos ningún elemento cercano a la torre, solo nubes y cielo en toda su extensión.
El estado de aislamiento físico y emocional que expresa el personaje se debe a su ubicación en el interior de la torre.(1) La textura de la torre parece sugerir que su construcción es de madera, esto le da un carácter más orgánico y natural. Nos introducimos a la escena gracias a un corte estructural ya que en realidad se trata de un lugar hermético, sin vanos para ventanas, puertas o escaleras de acceso al interior de la estructura. La escalinata es un camino o ruta de acceso hacia un lugar o nivel determinado, sin embargo, ésta escalinata no conduce a ningún sitio, está ahí como una incertidumbre, sin un punto de procedencia o llegada.
En la soledad interior de la torre, el personaje femenino tiene, en la figura de la luna (2), un complemento también femenino. La luna es un elemento central porque su presencia cumple diversas funciones estéticas: ser un punto de luz-sombra y por el hecho de que en ella recae la acción del personaje.
La luna no se encuentra libre al interior de la habitación, aparece representada dentro de una jaula, no solo como un intento de conservar o retener ese ideal sino de alimentarlo con las estrellas, símbolo de lo lejano y esperanzador.
El molino es el medio para transformar las estrellas en alimento para la luna, en ésta alegoría vemos un intento por convertir una esperanza en posibilidad por medio de la acción del personaje. Así, representando la amistad (3), el molino es el recurso para alimentar a la luna por medio de las estrellas.
Como podemos ver, en toda la composición, Remedios Varo hace uso de marcado simbolismo y creatividad para expresar un estado interior.
IV. Análisis iconológico
La relación que existe entre la vida del artista y sus obras es una constante en la obra de Remedios Varo, de ahí que sea importante conocer, aunque sea de manera sucinta, el devenir histórico de la artista para apreciar y valorar su obra “Papilla estelar” en su justa dimensión.
Como ya dije, en ésta sección revisaremos la biografía de Remedios Varo, una sincronía de hechos históricos, de vida y de obra, para arribar a una exposición integral de la obra que en esta ocasión nos ocupa.
Remedios Varo Uranga nació el de 1908 en Anglés, un pueblo de la provincia de Gerona al norte de Barcelona, España. La formación académica que recibió fué en la Escuela de Bellas Artes de Madrid, su vida estará marcada por la inestabilidad política de España y los acontecimientos de la guerra civil, éstas condiciones que la obligan a emigrar primero a Francia, donde se pone en contacto con el grupo de los surrealistas, un movimiento artístico que influye profundamente en su obra. Contactos que se verán interrumpidos por la ocupación nazi en Francia en 1940. Situación que la obliga a emigrar a México. En éste país Remedios Varo vive hasta su muerte, allí desarrolla su trabajo, sus búsquedas artísticas, y sobre todo logra configurar el lenguaje propio que definía su pintura. (Uzcátegui, 2009: 25)
“En sus obras, lo femenino, la cotidianidad, el mundo doméstico de la casa y sus objetos, así como la naturaleza y el cosmos, responden a una conciencia artística que ve el mundo como un orbe donde todo encuentra relaciones de correspondencias.” (Uzcátegui, 2009: 25)
Al seguir año con año el proceso creativo de la autora y el curso de la historia, encontramos ciertas relaciones de influencia. Como ya se decía, los cambios bruscos producto de la guerra, la política producirán en la autora una gran duda e inestabilidad emocional dado que debe asimilar diferentes culturas a consecuencia del exilio.
* * *
En esta obra, Remedios Varo explora con gran maestría un momento emocional, para cuando pinta la obra, la autora ya vive en México tras su exilio en Francia y Venezuela. La vemos a ella representada al interior de una torre herméticamente cerrada, sola con sus pensamientos y con un sentimiento de no tener un país propio. La escalinata nos plantea la idea de una posibilidad, sin embargo, ésta no tiene un rumbo definido, es un camino que va a lo desconocido. Esa opción futura es la que permite resguardar y alimentar una posibilidad.
En conclusión, estamos ante una obra compleja por sus implicaciones histórico-biográficas, expresadas figurativamente por medio de elementos de gran tradición histórica, pero a su vez con un estilo particularísimo de la autora.
Uno de los grandes méritos de Remedios Varo es lograr que en sus obras, plagadas de elementos oníricos y fantásticos, los elementos adquieran cualidades bastante reales gracias a ese significado simbólico.
Referencias
ARNHEIM, Rudolph. Arte y percepción visual: psicología del ojo creador. La nueva versión.Alianza, Madrid, 1999.
BRUCE-MITFORD, Miranda. El libro ilustrado de signos y símbolos. Editorial Diana. México, 1997.
DE LA TORRE VILLAR, Ernesto. Lecturas históricas mexicanas. Tomo V. UNAM. México, 1994.
MORENO, José Luis. “El simbolismo religioso del molino en el siglo de Oro español”. En Revista de Folklore, No 100. Fundación Joaquín Díaz. España, 1989. pp. 122-128. En línea: http://www.funjdiaz.net/folklore/07ficha.cfm?id=921
RIVERA, Magnolia. Trampantojos. El círculo en la obra de Remedios Varo. Siglo XXI Editores. México, 2005.
UZCÁTEGUI ARAUJO, Judit. “Formas y modos de habitar en la obra de Remedios Varo”. En: Voz y Escritura. Revista de Estudios Literarios, No 17, enero-diciembre 2009. pp. 25-36.
VIDAURRE ARENAS, Carmen V., La exploración de las fuentes de la luz: Remedios Varo. Red de Estudios y Difusión del Exilio Republicano (REDER), Proyecto Clío, Memoria de la guerra y el exilio, Red Iris, marzo de 2003, núm. 29. En línea: clio.rediris.es/exilio/remediosvaro/RemediosVaroarticulo.htm
Notas
1. En la iconografía antigua, la torre representa un estado de aislamiento o recogimiento interior, se le asocia también a un uso militar y religioso. Dichas representaciones nos remiten a los Siggurat mesopotámicos, arquitectura de tipo religioso que se caracteriza por monumentalidad, hieratismo y verticalidad orientada hacia el sol celeste, todos elementos que se relacionan con lo divino.
2. La luna representa el misterio, lo femenino, la creación, la muerte y el renacimiento.
3. Se apoya en el hecho de que para moler, el molino necesita dos piedras. Así lo comenta Juan de Borja en sus Empresas Morales de 1581. (Moreno, 1989: 122-128)
Anexo
Figura 1. Estudio de líneas estructurales y áreas absolutas. (Trazado de Fernando Saldaña Benítez) |
Figura 2. Estudio de la simetría y la proporción. (Trazado de Fernando Saldaña Benítez.) |