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"Presentación de la virgen en el templo" de Fray Miguel de Herrera




I. Ficha técnica
Título: Presentación de la Virgen María en el Templo
Autor: Fray Miguel de Herrera
Fecha: 1736
Dimensión: 166 x 107 cm.
Técnica: Óleo sobre tela
Ubicación actual: Museo de Arte Colonial, Morelia, Michoacán, México.


II. Nivel pre-iconográfico
Fray Miguel de Herrera nació el 24 de febrero de 1579 en la Ciudad de México. Sabemos que desarrolló su arte en México, Puebla y probablemente en Valladolid (hoy Morelia) e incluso en Oaxaca. No se conoce la fecha precisa de su muerte pero Toussaint opina con cierto fundamento que debió ser después de 1654.

La primera obra que se conoce firmada de Fray Miguel de Herrera es un retrato de Fray García Guerra fechado en 1609. Cuenta además con otros cuadros muy bien logrados como la Transfixión de Santa Teresa, un Santo Tomás de Aquino, un Divino Rostro, una Santa Faz, entre otros. Todas éstas obras destacan por los rostros alargados, las facciones y detalles del rostro muy bien logradas, otro aspecto a destacar es la maestría para representar las manos y los escorzos en sus cuadros. (Terreros, ) 

La “Presentación de la virgen en el templo” es un óleo sobre tela que aborda un tema religioso: el de la presentación que hiciera la virgen María en el Templo a los 8 años de edad, según el relato del Evangelio Apócrifo de la Natividad de María.

La pintura muestra una estructura escalonada de proporciones cuadradas de la cual vemos solo 5 niveles, sin embargo, parece sugerir cierta continuidad; los primeros escalones muestran en su huella unas rosas planimétricas, mientras que los escalones superiores de manera volumétrica. En cuanto a las líneas éstas son estructurales por los filos de los escalones, las columnas y muros localizados en la parte más alejada del lienzo y líneas expresivas en los plieges de la indumentaria y las cortinas.

El efecto de volumen figurado está bien logrado haciendo uso de zonas claras y oscuras que dan profundidad, de manera que el pintor hace coincidir la esquina del lienzo con la esquina de los sucesivos escalones, esa diagonal que se forma consigue darle al lienzo cierto dinamismo.

En cuanto a las áreas, el conjunto de la estructura está interrumpida por la presencia de diversos personajes aunque es clara una continuidad de la forma.

La columna aparece sin ningún elemento ornamental, el muro que de atrás está dividido en dos segmentos: el inferior tiene un remate y el superior tiene un entablerado.

III. Nivel iconográfico
En primer plano, en la esquina inferior izquierda está un joven acólito que lleva una gran vela encendida y mira la escena con atención. En segundo plano, casi en el centro, la virgen hincada en el penúltimo escalón y el sacerdote sentado en una silla en el peldaño más elevado. En tercer plano aparecen Santa Ana y San Joaquín, padres de María. En el fondo, dando profundidad, una columna que presenta algunos ornamentos y puntos de luz.

El sacerdote se ubica en la parte superior izquierda, en la zona más elevada de la estructura escalonada como un símbolo de jerarquía. Se le representa sentado, con el cuerpo un poco inclinado hacia el frente, su rostro tiene barba gris, sus manos muy expresivas en actitud de recibir a María, una encarnación casi rosada, túnica tachonada de ojos que significa la suma sabiduría de Dios, el manto del Efod, el Joshen o pectoral del juicio, la tiara judía, el pectoral y la túnica, todos atributos de su jerarquía religiosa.

El acólito se ubica en la parte inferior izquierda. Se le representa hincado con una vestimenta en blanco y rojo, porta en la mano derecha una vela encendida, su pelo es largo de color café, tez blanca, su cuerpo se muestra en 3/4 pero el rostro está de perfil.

María se ubica casi en el centro del lienzo dada la importancia de su imagen. Se le representa a la edad de 3 años, hincada, con el cuerpo inclinado hacia adelante y la cabeza agachada con su aureola en símbolo de reverencia o sumisión, los brazos cruzados a la altura del pecho de la que sale una luz brillante, viste una túnica color azul y blanco que representan la sabiduría y la pureza respectivamente.

Santa Ana, madre de María, se ubica en tercer plano. Su postura está indefinida, no se sabe si está de pie o hincada, sin duda está de frente con el rostro ligeramente inclinado a la izquierda y arriba, viste un manto color café oscuro.

San Joaquín, padre de María, se ubica en tercer plano, junto a Santa Ana. Nuevamente como se había dicho respecto a Santa Anna, su postura no queda bien definida en el lienzo, su rostro está en una posición natural, sin inclinación de algún tipo, presenta barba y cabello escaso, encarnación rosada y viste una túnica roja.


IV. Nivel iconológico
Haciendo la comparación del lienzo con el relato que aparece en el Libro Apócrifo sobre la Natividad de María, queda claro que se trata en realidad de 15 escalones de los cuales Fray Miguel de Herrera sólo nos presenta los últimos 5. Según el relato, cada escalón representa un salmo gradual que María fue subiendo por sí misma cada uno de ellos, hasta llegar al penúltimo que representa la meta del largo viaje de los peregrinos y que tiene como finalidad adorar a Dios en su Templo

Por otro lado el templo cuyo interior observamos en la escena, estaba edificado sobre un monte al que no se podía llegar hasta el altar de los holocaustos, que estaba fuera de su recinto, sino por medio de gradas.


Referencias
Romero de Terreros, Manuel. “El pintor Alonso López de Herrera” En: Annales Instituto de Investigaciones Estéticas. UNAM. México,
Evangelios Apócrifos. Editorial Porrúa. México,

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