Para el hombre medieval el gusto ingenuo por lo inmediatamente placentero constituye una consciencia crítica del valor material en el contexto de la obra de arte. En el inventario del duque de Berry se consignan 3,000 objetos, dentro de los cuales 700 son cuadros y el resto objetos diversos: cuernos de monoceronte, el anillo de prometido de San José, cocos, dientes de ballena, conchas de los Siete Mares, un elefante embalsamado, una hidra, un basilisco (un género de lagarto), un huevo que un abad había encontrado dentro de otro huevo..., (Eco, 1999: 25-26) objetos extraídos de su contexto, coleccionados y presentados en un espacio museable, aunque aún incipiente. Lo que conecta al hombre medieval con el actual es el asombro por los objetos extraestéticos, sus atributos formales, narrativos, míticos, experienciales; sin embargo, hay algo que trasciende históricamente en el hombre y es su atrevimiento para proponerlos como obra de arte. Coleccionar implica desarrollar un criterio de...
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