Freire, Paulo. (1969). La educación como práctica de la libertad. Siglo XXI Editores, S. A de C. V. Quincuagésima tercera edición. Trad. Lilién Ronzoni. México, 2007. pp. 151. ISBN 10: 968-23-0027-4, ISBN 13: 978-968-23-0027-1
Un breve análisis a la situación educativa latinoamericana permite identificar grandes desafíos, a saber: el analfabetismo y la exigua participación política y cultural. Ante éste panorama, Paulo Freire (1921-1997) afirmará que la verdadera educación es “praxis, acción y reflexión del hombre sobre el mundo para transformarlo”
Las connotaciones de pluralidad, trascendencia, crítica, consecuencia y temporalidad características del concepto de las relaciones de la esfera humana, se convierten en aspectos observables en toda sociedad en proceso de transición. Es necesario diferenciar “tránsito” de “cambio” dado que, aunque todo tránsito es cambio, no todo cambio es tránsito: Un tránsito se caracteriza por la búsqueda de nuevos temas y nuevas tareas, mediante una actitud radical.
Las connotaciones de pluralidad, trascendencia, crítica, consecuencia y temporalidad características del concepto de las relaciones de la esfera humana, se convierten en aspectos observables en toda sociedad en proceso de transición. Es necesario diferenciar “tránsito” de “cambio” dado que, aunque todo tránsito es cambio, no todo cambio es tránsito: Un tránsito se caracteriza por la búsqueda de nuevos temas y nuevas tareas, mediante una actitud radical.
Son tres los momentos de la consciencia social:
a) Intransitividad: El hombre centra su interés en torno a formas vegetativas de vida, hay una falta de compromiso con su existencia, su comprensión del mundo es limitada y existe confusión entre objetivos y desafíos exteriores;
b) Transitividad ingenua: Existe una simplicidad en la interpretación de problemas, se tiende a juzgar que el tiempo mejor fue el pasado, se subestima al hombre común, se inclina al gregarismo, es impermeable a la investigación, es frágil en la argumentación, tiene un fuerte tenor emocional, practica la polémica y presenta explicaciones mágicas; y
c) Transitividad crítica: Se caracteriza por el diálogo que —permeando todos los ámbitos— posibilita una interpretación profunda de los problemas, una sólida argumentación basada en principios causales, la comprobación de “descubrimientos” por medio de amplias y continuas revisiones críticas así como una amplia receptividad a lo nuevo.
No es posible comprender la transición sin una visión retrospectiva socio-cultural. La sociedad brasileña, histórica y culturalmente formada en la inexperiencia democrática producto de su colonización y explotación, pervivía en el silencio resultante del no-diálogo, la deshumanización y el gregarismo, el conocimiento de estos aspectos se convierten en un basamento hacia el proceso de transición.
La educación encaminada a la masificación promueve el irracionalismo que produce en el pueblo posiciones sectarias, desorganizadas, ingenuas y desesperadas; por otro lado, la educación crítica lleva a la liberación colectiva que posibilita la discusión de problemáticas, revisiones constantes en una práctica de oír, preguntar e investigar.
a) Intransitividad: El hombre centra su interés en torno a formas vegetativas de vida, hay una falta de compromiso con su existencia, su comprensión del mundo es limitada y existe confusión entre objetivos y desafíos exteriores;
b) Transitividad ingenua: Existe una simplicidad en la interpretación de problemas, se tiende a juzgar que el tiempo mejor fue el pasado, se subestima al hombre común, se inclina al gregarismo, es impermeable a la investigación, es frágil en la argumentación, tiene un fuerte tenor emocional, practica la polémica y presenta explicaciones mágicas; y
c) Transitividad crítica: Se caracteriza por el diálogo que —permeando todos los ámbitos— posibilita una interpretación profunda de los problemas, una sólida argumentación basada en principios causales, la comprobación de “descubrimientos” por medio de amplias y continuas revisiones críticas así como una amplia receptividad a lo nuevo.
No es posible comprender la transición sin una visión retrospectiva socio-cultural. La sociedad brasileña, histórica y culturalmente formada en la inexperiencia democrática producto de su colonización y explotación, pervivía en el silencio resultante del no-diálogo, la deshumanización y el gregarismo, el conocimiento de estos aspectos se convierten en un basamento hacia el proceso de transición.
La educación encaminada a la masificación promueve el irracionalismo que produce en el pueblo posiciones sectarias, desorganizadas, ingenuas y desesperadas; por otro lado, la educación crítica lleva a la liberación colectiva que posibilita la discusión de problemáticas, revisiones constantes en una práctica de oír, preguntar e investigar.
Preocupado por la democratización de la cultura y producto de más de 15 años de experiencias de campo, el autor presenta las cinco fases de su método (obtención y selección del universo vocabular, creación de situaciones existenciales, elaboración y preparación de fichas con la descomposición de familias fonéticas correspondientes a los vocablos generadores). Con un trabajo antagónico a la educación tradicional, a través de “círculos de cultura” y “centros de cultura”, coordinadores de debates, diálogos, participantes de grupo y programas codificados en unidades de aprendizaje, Freire estructura su propuesta crítica.
En la alfabetización, Freire proyecta una imagen de la situación existencial hasta agotar la discusión, posteriormente presenta la palabra generadora estableciendo un vínculo semántico entre objeto y palabra, ahora presenta la palabra sola separada en sílabas y a partir de eso cada una de ellas es desplegada vocálicamente para que el educando construya “palabras de pensamiento” (términos existentes) y “palabras muertas” (sin significado semántico).
Finalmente, con objeto de ampliar la descripción del método, Freire presenta las diez situaciones existenciales y las 17 palabras generadoras que utilizó en los Círculos de Cultura del Estado de Río y de Guanabara.
Paulo Freire es uno de los educadores más importantes de América Latina al proponer una educación liberadora de carácter eminentemente dialogal, reflexiva y transformadora que, a partir del pensamiento crítico se sustenta en una práctica del autor y su equipo con el pueblo brasileño y chileno producto de años de trabajo y, teóricamente con autores como Marx, Lenin, Fromm, Popper, Wright Mills, Mannheim, Jaspers, entre otros que fundamentan su obra. La educación como práctica de la libertad fue publicada en Chile en 1969 y es, junto con Pedagogía del oprimido (1970), las dos obras fundamentales en torno al cual va a desarrollar toda su propuesta pedagógica. Mientras que Pedagogía del oprimido nos muestra los fundamentos teóricos, el libro que nos ocupa ahora se centra en la práctica educativa como medio de liberación en el contexto histórico-social brasileño, de ahí que este libro resulte de gran interés para nuestros países latinoamericanos que comparten —en gran medida— problemáticas educativas similares.
En la alfabetización, Freire proyecta una imagen de la situación existencial hasta agotar la discusión, posteriormente presenta la palabra generadora estableciendo un vínculo semántico entre objeto y palabra, ahora presenta la palabra sola separada en sílabas y a partir de eso cada una de ellas es desplegada vocálicamente para que el educando construya “palabras de pensamiento” (términos existentes) y “palabras muertas” (sin significado semántico).
Finalmente, con objeto de ampliar la descripción del método, Freire presenta las diez situaciones existenciales y las 17 palabras generadoras que utilizó en los Círculos de Cultura del Estado de Río y de Guanabara.
Paulo Freire es uno de los educadores más importantes de América Latina al proponer una educación liberadora de carácter eminentemente dialogal, reflexiva y transformadora que, a partir del pensamiento crítico se sustenta en una práctica del autor y su equipo con el pueblo brasileño y chileno producto de años de trabajo y, teóricamente con autores como Marx, Lenin, Fromm, Popper, Wright Mills, Mannheim, Jaspers, entre otros que fundamentan su obra. La educación como práctica de la libertad fue publicada en Chile en 1969 y es, junto con Pedagogía del oprimido (1970), las dos obras fundamentales en torno al cual va a desarrollar toda su propuesta pedagógica. Mientras que Pedagogía del oprimido nos muestra los fundamentos teóricos, el libro que nos ocupa ahora se centra en la práctica educativa como medio de liberación en el contexto histórico-social brasileño, de ahí que este libro resulte de gran interés para nuestros países latinoamericanos que comparten —en gran medida— problemáticas educativas similares.